Orígenes del labrador
Mientras que el Golden Retriever procede de Reino Unido, el labrador es un perro originario de la zona geográfica canadiense, más concretamente de la isla de Terranova, de donde se trajo a Gran Bretaña en el siglo XIX. Su antepasado, el perro de aguas San Juan, ayudaba a los pescadores a recuperar las redes de pesca y los peces que saltaban en las barcas.
Aunque el estándar de la raza se estableció a principios del siglo XX, ¡el labrador es la raza de perro más extendida del mundo!
El carácter y las aptitudes del labrador
¿Cómo es el comportamiento del perro labrador?
¡Es difícil encontrarle una falta! Este perro superdotado es inteligente, dócil y está muy apegado a su dueño. Amable, tranquilo, leal, paciente, amistoso, juguetón... sabe hacerse querer por todos. Es el compañero de juegos perfecto para los niños.
Además, se ha convertido en un perro de compañía muy apreciado. Es un perro dócil, que se siente a gusto con otros animales y con los extraños.
A saber: ¡los cachorros de Labrador Retriever son auténticos payasos! Divertidos y revoltosos, necesitan un buen adiestramiento canino desde pequeños, a base de juegos y recompensas. Porque una vez que alcanzan la edad y el peso de un adulto, ¡sus travesuras son mucho menos divertidas!
¿Qué aptitudes y ventajas tiene el perro labrador?
Especialmente receptivo al adiestramiento, dispuesto y obediente, puede adaptarse a cualquier situación y a cualquier trabajo. Este perro dedicado se utiliza como perro de trabajo, perro guardián, perro guía, perro de rescate y perro de caza (recuperador de aves acuáticas).
También destaca en el acompañamiento de personas discapacitadas gracias a su alta inteligencia y a su calma olímpica.
¿Qué cosas tener en cuenta antes de tener un labrador? El dueño ideal para él
Aunque este perro puede adaptarse a todo tipo de dueños (¡sobre todo a los presidentes!), es especialmente feliz en una familia. Es un perro que necesita ejercicio físico. El juego y los largos paseos diarios son esenciales para su equilibrio y los recibirá con los brazos abiertos.
Una vida en el campo o en una casa con jardín es mejor para él que una vida en la ciudad, en un piso. Es un perro fácil y de buen carácter, apto para los nuevos dueños siempre que se le adiestre un mínimo.
Atención: el Labrador Retriever puede escaparse, sobre todo si carece de atención y sufre de soledad... Acostúmbrale a obedecer a tu llamada.
Actividades para hacer con un labrador
Este perro dócil, inteligente y enérgico es un buen candidato para los deportes caninos como el «agility» o el «canicross». Y como recupera de todo (tiene una intensa devoción al deber y muchas ganas de aprender), juega con él a la pelota, «frisbee» o «flyball», siempre orientando el juego al refuerzo positivo. Tu labrador activo te lo agradecerá.
¿Su mayor placer? ¡Bañarse en el agua! Su pelaje impermeable le permite nadar en cualquier circunstancia. No tiene miedo a la lluvia ni al frío, y en casa necesitará tener siempre espacio suficiente para sus movimientos.
Características físicas de la raza labrador
El labrador es un perro de tamaño medio a grande, con un cuerpo robusto y equilibrado. Es un can robusto y de buenas proporciones.
El pelaje del labrador
El pelaje es corto, impermeable, denso y duro.
Los colores del labrador: marrón, negro, dorado, amarillo, blancos o de color chocolate
El color de su pelaje puede ser de cualquiera de los enunciados, si queremos centrarnos únicamente en los colores del labrador oficialmente aceptados por la Federación Cinológica Internacional. Además, dentro de cada color nos podemos encontrar con diferentes tonalidades, que hacen que cada can de esta bonita raza sea único en su especie.
¿Cuánto pesa y cuánto mide un labrador adulto? ¿Y los cachorros?
Este robusto perro de tamaño mediano a grande puede llegar a medir 57 cm y pesar hasta 35 kg. En cambio, cuando son cachorros, su delicadeza y gran ternura nos pueden llevar a engaño. Antes de los 3 meses de edad, solo pesan entre 3 y 8 kg.
La cabeza del labrador
La cabeza es más bien redonda, el cráneo es ancho, con un hocico recto y una nariz grande. Tiene las orejas caídas y sus ojos tienen una mirada dulce que inspira confianza.
Mantenimiento del labrador
El aseo del labrador
Por regla general suele ser suficiente con un cepillado a la semana para un buen cuidado. Se debe aumentar durante la época de muda, en primavera y otoño, ya que el labrador pierde mucho pelo muerto en esta época. Puede que haya que cepillarlo todos los días.
¡Y no te olvides de los dientes! Se recomienda cepillarle los dientes regularmente para retrasar la formación de sarro.
A saber: el seguro médico para perros de Santévet cubre la eliminación de sarro.
Si está sucio, puedes lavarlo con un champú para perros. También hay que limpiarle las orejas con regularidad y secarlas bien para prevenir las otitis.
Puedes hacerlo tú mismo/a, pero se recomienda confiar el corte de las uñas a un profesional (veterinario o peluquero canino), para no cortar los vasos sanguíneos que se esconden en ellas.
La alimentación del labrador
Los alimentos que puede ingerir un perro de esta raza y que más le apasionan son los siguientes:
- La carne magra: este tipo de carne, sobre todo la que procede del pollo, del pavo y del cerdo, constituye una magnífica fuente de proteínas para los perros labradores. La necesitan y es imprescindible para que puedan asumir con seguridad toda la actividad diaria que su cuerpo necesita, propiciando su correcto desarrollo muscular.
- El pescado: concretamente, te recomendamos optar por el atún y el salmón, que son los que más ácidos grasos omega 3 le aportarán a tu perro. Estos nutrientes son muy buenos para su piel y para su pelo.
- Los huevos: también aportan al can proteínas de muy buena calidad y otros muchos nutrientes que a su organismo le vendrán fenomenal.
- Las verduras: ¡sí, los perros también necesitan verduras en su dieta! Como buenos ejemplos, destacan los guisantes, las zanahorias y las calabazas, que le ofrecen una buena dosis de fibra, minerales y vitaminas.
- Las frutas: son frutas seguras y aptas para los labradores los plátanos, las manzanas y las peras, por enumerar solo algunas. Todas ellas son muy sanas y están repletas de antioxidantes y vitaminas.
- El arroz integral: sus hidratos de carbono altamente saludables le darán a tu mascota el aporte de energía extra que necesita.
- Los tubérculos: más allá de las típicas patatas, las batatas son una magnífica opción si quieres nutrir a tu perro con toda la fibra, las vitaminas y los minerales que su cuerpo requiere.
- Los yogures sin azúcar: ¿nunca te habías planteado darle yogures a tu labrador? Si son sin azúcar y no contienen tampoco edulcorantes como el xilitol (que resulta tóxico para los canes), le proporcionan una buena cantidad de probióticos que le ayudarán a mantener a raya su salud digestiva.
- El aceite de coco: contiene grasas saludables que serán las responsables de mantener la belleza de la piel y el pelo del perro, aunque no conviene que lo consuma en exceso.
Además, como casi cualquier perro, el labrador siente una especial afinidad por las golosinas.
¿Cómo reducir el riesgo de síndrome de dilatación-torsión gástrica, considerado una emergencia veterinaria?
El labrador debe evitar correr y saltar inmediatamente después de comer.
2 comidas al día son mejores que una, a base de alimentos de buena calidad.
¡Atención! Es un gurmé. Tu veterinario te recomendará la ración más adecuada de alimentos para combatir los problemas de obesidad, frecuentes en esta raza de perros.
Enfermedades del labrador: rotura del ligamento cruzado anterior (RLCA)
El labrador no es una raza frágil, pero puede tener algunos problemas de salud.
Si el can empieza a cojear después de correr, es posible que se deba a una rotura del ligamento cruzado. Pero también puede deberse a otras causas que provocan dolor, como la artritis...
Muy a menudo, esta patología está relacionada con una fragilidad existente en tu mascota. Y algunas razas son más propensas a ello. Si se diagnostica, tu veterinario te recomendará una intervención quirúrgica.
A saber: el coste de esta intervención es bastante elevado. Por lo tanto, es importante tener un buen seguro médico para tu perro.
Otras enfermedades del labrador
Esta raza de perro puede padecer enfermedades del sistema óseo y cartilaginoso. Así, puede sufrir problemas de artrosis, de luxación de la rótula o ciertas parálisis.
Esta raza también puede padecer enfermedades cutáneas como el eccema, debido a menudo a una alergia.
El labrador también puede sufrir displasia de cadera o de codos y distintas enfermedades oculares.
También hay que vigilar los ojos, ya que el labrador puede sufrir una lesión ocular con úlcera o una atrofia progresiva de la retina (ARP).