Guía sobre la analítica de orina en gatos: precios, tipos y procedimientos

Los análisis de orina son clave para evaluar la salud de tu mascota en la consulta veterinaria. Este procedimiento sencillo puede revelar problemas ocultos, como infecciones urinarias, enfermedades renales, diabetes y otros trastornos metabólicos.

¿Qué es o cómo se llama al examen de orina de un gato?

Gato junto al arenero

El análisis de orina de gatos o uroanálisis felino es una prueba diagnóstica que consiste en examinar la orina de un gato.

Es habitual en consulta y recomendable para detectar infecciones, enfermedades renales o hepáticas y trastornos metabólicos, como la diabetes.

Además, realizar un uroanálisis al gato de forma regular permite identificar problemas de salud de forma temprana y facilita una intervención veterinaria oportuna.

¿Cuánto cuesta el análisis de orina de un gato?

El precio del análisis de orina de un gato puede variar dependiendo de los siguientes factores:

●      Tipo de análisis realizado: analizar con tiras reactivas es más económico, mientras que estudios más avanzados, como un cultivo o examen del sedimento, encarecen la prueba.

●      Método de recogida de la muestra: técnicas como la cistocentesis (recolección de orina con una aguja en consulta) requieren más experiencia, asistencia ecoguiada y, en ocasiones, sedación, lo que puede incrementar el precio.

●      Ubicación geográfica: las tarifas pueden variar significativamente entre consultas veterinarias de diferentes regiones o ciudades.

Teniendo todo ello en cuenta, el precio de un análisis de orina de un gato puede oscilar entre los 30 y 100€, si se realiza en un chequeo en consulta. Pero si se requieren pruebas adicionales, sedación o se realiza en consulta de urgencias, el precio total se verá incrementado.

Por eso, contar con un seguro de salud para tu gato es una excelente manera de ahorrar en gastos veterinarios. Un seguro cubre parte o la totalidad de estos gastos, lo que te permite garantizar una atención de calidad sin preocuparte por el precio.

¿Cuánto cuesta una consulta veterinaria de urgencias para un gato?

El precio de una consulta veterinaria de urgencias para un gato puede oscilar entre 80 y 200 euros.

Si un gato presenta dificultad para orinar, letargo extremo o signos de dolor abdominal intenso, se puede requerir un análisis de orina urgente.

Esto permite detectar rápidamente problemas graves, que podrían requerir hospitalización o tratamiento inmediado en consulta para tu mascota.

¿Cuánto cuesta un chequeo o una consulta rutinaria para un gato?

Una consulta rutinaria para un gato es más económica que si es de urgencias, con precios que oscilan entre 30 y 60 euros.

Durante estos chequeos, el veterinario puede recomendar un análisis de orina, especialmente, si tu mascota es mayor.

Además, es habitual que el uroanálisis se complemente en consulta con ecografías o análisis de sangre.

¿Cuál es el precio de una ecografía para un gato y de un análisis de sangre?

Gato que ha orinado fuera del arenero

El precio de una ecografía para un gato en España varía entre 40 y 100 euros, dependiendo de factores como la ubicación del centro veterinario, el tipo de clínica y si la realiza un especialista.

En cuanto al análisis de sangre, el precio oscila entre 30 y 90 euros, cantidad que varía según el tipo de análisis requerido y la localización de la clínica.

¿Cuánto tarda el análisis de orina de un gato?

El tiempo que tarda el análisis de orina de un gato depende principalmente del tipo de prueba:

●      Análisis con tiras reactivas: es una prueba rápida que se puede completar en unos 5 a 10 minutos en la clínica veterinaria. Proporciona resultados inmediatos sobre parámetros básicos, como pH, glucosa, proteínas y cetonas.

●      Examen microscópico del sedimento urinario: puede tardar entre 15 a 30 minutos, ya que requiere centrifugar la muestra y examinarla al microscopio para detectar células, cristales o bacterias.

●      Cultivo bacteriano y sensibilidad antibiótica: este proceso es más complejo y puede llevar de 3 a 7 días, ya que implica incubar la muestra para identificar cualquier bacteria presente y determinar el antibiótico más efectivo para tratar una posible infección.