Cómo preparar a mi mascota para la llegada de un bebé a casa

¿Estás esperando un bebé? ¡Enhorabuena! De seguro, ya estás pensando en todo, desde el nombre del peque hasta el color del dormitorio. Hay algo más que debes tener en mente: tus mascotas. Sigue estas claves para evitar cambios bruscos y preparar a los animales de compañía para la llegada de un bebé a casa.

Llegada de un bebé y mascotas
Llegada de un bebé y mascotas - 123RF

Acondiciona un espacio para el bebé que el animal pueda reconocer

Necesitas que tu perro o gato pueda rastrear e identificar los objetos y artículos del recién nacido. La idea es que vaya familiarizándose: que pueda olisquear las gasas, el moisés, el carrito, la habitación llena de juguetes, la ropa del peque, etc. Identificar el olor del bebé es el primer paso.

Este reconocimiento previo hará que, cuando nazca el bebé y habite en su nuevo cuarto, el animal esté familiarizado con su olor y no considere extraña su presencia. Intentemos que se vaya acostumbrando a este nuevo universo de objetos, olores, ruidos y sensaciones.

Suma a tu mascota poco a poco a este nuevo entorno, dejando que explore por sí mismo y —por qué no— mencionándole la palabra "bebé" de vez en cuando. ¡Todo suma!

Hay que tener en cuenta que el cerebro del perro y del gato es olfativo. Los animales de compañía no tienen memoria visual como nosotros. Por eso es clave acostumbrarlo a la presencia del bebé sensorialmente.

Se acerca el momento de la presentación: mucha precaución y delicadeza

Llegas del hospital con tu bebé. Al principio, todo va a ser un ajetreo, algo a lo que cada miembro de la familia se debe acostumbrar. Los primeros meses supondrán el comienzo de una nueva y bonita etapa.

Lo aconsejable para planificar este momento tan especial es tomarlo con calma y serenidad. Presenta el bebé a tu mascota en un contexto de tranquilidad y confianza. La seguridad es lo más importante.

¿Cuándo deberías presentar el bebé a tu perrito o gatito? Cuando ya hayas organizado la sala de estar y el dormitorio del peque. Invita al animal a olfatear al bebé (siempre en presencia de un adulto).

Si ves que tu mascota está serena y bajo control, anímalo a tocar al recién nacido. En este punto, la delicadeza es clave para que nadie —ni el bebé ni el animal de compañía— se asuste. ¡Pon todo tu tacto a trabajar!

Después de que tu mascota haya mantenido un contacto estrecho con el peque, baña al bebé con agua y jabón. La prudencia, en estos casos, es de suma importancia porque todavía no sabes si el recién nacido desarrollará algún tipo de alergia.

Procura mantener la rutina de tu perro o gato

La llegada del bebé supone cambios en la rutina. Es probable que adoptes un nuevo horario en lo referente a las comidas o las salidas de paseo. Ve introduciendo las modificaciones paulatinamente, es decir, sin brusquedad alguna.

Es importante no alterar la rutina del animal de forma drástica o violenta; ya que cualquier cambio brusco lo puede poner nervioso. Da pequeños pasos (sin prisa, pero sin pausa).

Hay otra serie de consejos que te ayudarán a establecer hábitos saludables y positivos para mejorar la convivencia de tu mascota con el bebé, como, por ejemplo:

  • Mantén al perro alejado de las deposiciones del bebé.
  • Delimita de forma clara la habitación del bebé y los espacios de ambos.
  • Utiliza una palabra clave para cuando quieras que tu mascota se aleje del bebé.
  • Evita dejar solo al animal más tiempo de la cuenta, ya que esto podría alterar su estado emocional.
  • Presta atención al bienestar de tu mascota. Procura crear un espacio protegido y tranquilo para ella.

Conductismo puro y duro: asocia el bebé con experiencias positivas

El conductismo o, en otras palabras, el adiestramiento en positivo es una de las herramientas más efectivas en el aprendizaje de perros y gatos. Si el animal asocia la figura del bebé (su convivencia con él) a un premio o refuerzo positivo, su relación en el futuro será más agradable.

Debes acostumbrarlo a los estímulos acústicos y estímulos visuales que pueda provocar el bebé. Para ello, también puedes usar productos especializados que mejoren el bienestar de los gatos y los perros en casa.

Hablamos de un difusor o aerosol que libera hormonas que aumentan la felicidad del animal, creando así un sentimiento positivo que acabará asociando a una habitación o entorno.

Usar productos que liberen hormonas de la felicidad es muy efectivo ante cualquier cambio en el hogar. Si te animas, notarás sus efectos positivos en pocos días, normalmente, en una o dos semanas. Esta es una buena manera de prevenir el estrés animal.

Planifica actividades que estimulen la independencia del animal

Tu perro o gato no tiene que estar en todo momento conviviendo con el resto de la familia. Al igual que los seres humanos, ellos necesitan su espacio y privacidad, sobre todo si se trata de un felino. Recuerda que los gatos son animales muy independientes.

Por ello, es aconsejable estimular su actividad en solitario, haciendo hincapié en la física. ¿Cómo? Muy sencillo: adquiriendo juegos interactivos o fabricando una zona de esparcimiento para la mascota; un lugar donde el perro o el gato pueda jugar solo en casa, tranquilamente.

Existen tiendas especializadas en artículos y juguetes de entretenimiento animal. Investiga un poco y compra el que creas que le guste. También puedes apoyarte en elementos caseros, como una caja de cartón o palos desechables. ¡Imaginación al poder!

Pide consejo a familiares y amigos que hayan pasado por esta situación

La experiencia puede ser una gran aliada para mejorar la convivencia entre el gato o perro y el bebé. Por eso, preguntar a tus allegados por su propio caso es una opción lícita. Recabar consejos, opiniones, trucos y, en definitiva, abrazar la sabiduría popular puede ayudarte más de lo que imaginas.

Cualquiera que haya sido madre o padre primerizo entenderá esta especie de necesidad de compartir vivencias. Así que no temas en pedir consejo a quien haya tenido perros o gatos en casa.

Si a pesar de todo lo expuesto crees que la adaptación del perro o el gato a los niños pequeños está siendo demasiado dura, puedes llevar el animal a un especialista en comportamiento. El veterinario también puede ayudar. Lo importante, en cualquier caso, es garantizar el bienestar familiar (animales incluidos).

 

Sobre el autor

Vanessa Galán