¿Qué pasa si decido castrar a un gato adulto?

Castrar a un gato adulto es una decisión que puede generar muchas dudas en los tutores, especialmente, cuando el procedimiento no se ha realizado de cachorro. Sin embargo, la castración en la adultez sigue ofreciendo beneficios importantes para la salud del felino y puede mejorar ciertos comportamientos no deseados, como el marcaje con orina o la agresividad. En este artículo, explicaremos qué implica castrar a un gato adulto, los beneficios y riesgos específicos de hacerlo en esta etapa, los cuidados postoperatorios y los posibles cambios en su salud y comportamiento.

¿Qué es la esterilización y castración en gatos?

La castración es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpan los órganos reproductivos del gato para evitar su capacidad de reproducción. En los machos, esto implica la extracción de los testículos (orquiectomía), mientras que en las hembras se extirpan los ovarios y, en algunos casos, el útero (ovario histerectomía).

Este procedimiento no solo previene la reproducción, sino que también reduce ciertos comportamientos asociados a las hormonas sexuales, como el marcaje con orina en los machos o los maullidos constantes en las hembras durante el celo.

A menudo, los términos «castración» y «esterilización» se usan indistintamente, pero no son exactamente lo mismo.

● La castración elimina los órganos reproductivos y, con ello, la producción de hormonas sexuales.

● La esterilización solo impide la reproducción sin afectar la producción hormonal, como ocurre con la vasectomía o la ligadura de trompas.

En gatos, la castración es el método más utilizado, ya que, además de evitar la reproducción, modifica la conducta asociada a la actividad sexual.

¿A qué edad se puede castrar a los gatos?

Ear tipping

La recomendación general para la castración en gatos es que se realice entre los 4 y 6 meses de edad, antes de que el gato alcance la madurez sexual. Sin embargo, si no se ha realizado en esta etapa, es posible llevar a cabo la intervención en gatos adultos sin mayores inconvenientes.

En felinos adultos, la operación puede requerir una evaluación veterinaria más detallada, con analíticas o radiografías, para descartar posibles complicaciones derivadas de la edad o condiciones preexistentes. Aunque la recuperación puede ser ligeramente más lenta en comparación con gatos jóvenes, los beneficios de la castración siguen siendo significativos en cualquier etapa de la vida.

¿Cuál es la edad adecuada para castrar un gato macho?

Se recomienda castrar a los gatos machos antes de que desarrollen comportamientos territoriales, como el marcaje con orina o la agresividad hacia otros gatos. Sin embargo, si el gato ya es adulto, la castración sigue siendo una opción eficaz para reducir estos comportamientos y mejorar su bienestar general.

¿Cuándo se debería esterilizar a una gata hembra? ¿Se puede castrar a una gata en celo?

El mejor momento para la castración en gatas hembras es antes del primer celo, ya que reduce significativamente el riesgo de padecer tumores de mama en el futuro. Sin embargo, si la gata ya ha alcanzado la edad adulta, la operación sigue siendo altamente recomendable para prevenir problemas de salud y evitar gestaciones no deseadas.

¿Se puede castrar a una gata en celo? Sí, es posible realizar la intervención cuando la gata hembra está en celo, aunque presenta algunas desventajas.

Durante esta etapa, los vasos sanguíneos de los órganos reproductivos están más dilatados, lo que puede aumentar el riesgo de hemorragia durante la operación. Además, debido a la presencia de hormonas en circulación, es posible que la gata siga mostrando comportamientos de celo durante algunos días después de la intervención. Por esta razón, algunos veterinarios prefieren esperar a que finalice el ciclo reproductivo de la mascota antes de proceder con la operación.

Beneficios en los gatos adultos que están castrados

Castrar a un gato adulto sigue ofreciendo múltiples ventajas, tanto para la salud como para el comportamiento de la mascota en casa. Aunque se recomienda realizar la intervención antes de la madurez sexual, los beneficios se mantienen independientemente de la edad del gato en el momento de la operación.

Ventajas para la salud

Prevención de enfermedades reproductivas: en los machos, la castración elimina el riesgo de cáncer testicular y reduce la incidencia de problemas prostáticos. En las hembras, previene infecciones uterinas (piometra) y reduce significativamente la posibilidad de desarrollar tumores mamarios malignos.

Mayor esperanza de vida: los gatos en casa castrados suelen vivir más tiempo, ya que están menos expuestos a peleas con otros gatos y a enfermedades de transmisión sexual, como la leucemia felina (FeLV) o la inmunodeficiencia felina (FIV).

Menor riesgo de accidentes: al reducir el instinto de escapismo en busca de pareja, los gatos castrados tienen menos probabilidades de sufrir atropellos o lesiones al vagar por el exterior.

Mejoras en el comportamiento

Reducción del marcaje con orina: la castración disminuye la producción de hormonas sexuales, lo que reduce la necesidad de marcar territorio con orina de olor fuerte y el apetito sexual.

Menos agresividad: los machos castrados tienden a ser menos territoriales y tienen menos peleas con otros gatos, lo que reduce el riesgo de heridas e infecciones.

Disminución del maullido excesivo: en las hembras, la castración elimina los maullidos insistentes asociados al celo, lo que mejora la convivencia en el hogar.

En conclusión, aunque un gato haya alcanzado la adultez, la castración sigue siendo una opción beneficiosa, tanto para su bienestar físico como para su equilibrio emocional.

¿Es bueno castrar a un gato adulto? Riesgos y consideraciones

La castración en gatos adultos es un procedimiento seguro y altamente recomendable, incluso si no se realizó en la etapa juvenil. Los beneficios, tanto para la salud como para el comportamiento del felino, superan ampliamente cualquier posible inconveniente.

En la mayoría de los casos, los riesgos de la cirugía son mínimos. Sin embargo, en gatos de edad avanzada o con enfermedades preexistentes, el veterinario puede recomendar una evaluación más detallada antes de la intervención para garantizar que el animal está en condiciones óptimas para la anestesia y la cirugía.

Estos son algunos de los factores más importantes a considerar antes de castrar a un gato adulto:

Evaluación veterinaria previa: aunque la castración es segura, en gatos muy mayores o con patologías cardíacas, renales o hepáticas, puede ser necesario realizar análisis de sangre o pruebas complementarias antes de la cirugía.

Control del peso y la alimentación: tras la castración, el metabolismo del gato puede ralentizarse ligeramente, por lo que es importante ofrecer una dieta equilibrada y fomentar la actividad física para prevenir el sobrepeso.

Seguimiento postoperatorio: la recuperación en gatos adultos suele ser rápida, pero es fundamental vigilar la herida quirúrgica y seguir las indicaciones del veterinario para evitar infecciones o molestias.

Consejo Santévet: castrar a un gato adulto es una decisión responsable que mejora su bienestar y calidad de vida. Aunque la intervención es sencilla, contar con un seguro para gatos puede facilitar el acceso a consultas preoperatorias, la intervención quirúrgica y el seguimiento postoperatorio sin preocupaciones económicas.

¿Cómo cambia un gato cuando lo castran?

Gato en veterinario

La castración provoca cambios tanto físicos como conductuales en los gatos adultos. Si bien cada felino reacciona de manera diferente, la mayoría experimenta modificaciones positivas que mejoran su calidad de vida y su relación con el entorno.

Cambios físicos

Tendencia al aumento de peso: el metabolismo del gato castrado puede ralentizarse, lo que incrementa el riesgo de sobrepeso si no se ajusta su alimentación y nivel de actividad. Una dieta equilibrada y el juego regular ayudan a prevenir este problema.

Mejor estado del pelaje: en algunos casos, la castración puede favorecer un pelaje más brillante y denso debido a la reducción del estrés hormonal.

Alteraciones en el comportamiento

Menos agresividad y peleas: los gatos castrados suelen ser menos territoriales, lo que reduce el riesgo de enfrentamientos con otros felinos y, por ende, las heridas e infecciones derivadas de estas peleas.

Disminución del marcaje con orina: en los machos, la producción de feromonas asociadas al marcaje se reduce significativamente, lo que minimiza o elimina la conducta de rociar orina en casa.

Menor instinto de escapismo: al no sentir la necesidad de buscar pareja, los gatos castrados tienden a quedarse más tiempo en casa, lo que reduce el riesgo de accidentes en el exterior.

Cambio en la actividad y carácter: algunos gatos pueden volverse más tranquilos y sociables tras la castración, aunque esto depende del carácter individual de cada animal.

Es importante recordar que estos cambios no ocurren de inmediato. Las hormonas sexuales pueden permanecer en el organismo durante algunas semanas tras la intervención quirúrgica, por lo que algunos comportamientos pueden tardar varios días en desaparecer por completo.

El procedimiento de castración en gatos

La castración es una cirugía rutinaria en medicina veterinaria, realizada bajo anestesia general. Aunque el procedimiento varía entre machos y hembras, en ambos casos es fundamental seguir las indicaciones del veterinario para garantizar una recuperación óptima. En gatos adultos, la cirugía puede requerir un monitoreo más detallado, pero sigue siendo segura y altamente recomendable.

Preparación y procedimiento quirúrgico

Antes de la operación, el veterinario suele recomendar:

Ayuno de 8 a 12 horas: para evitar complicaciones con la anestesia, se recomienda que el gato no coma en las horas previas a la cirugía.

Evaluación preoperatoria: en gatos adultos, especialmente mayores, puede ser necesario un análisis de sangre para descartar problemas hepáticos, renales o cardíacos que aumenten el riesgo anestésico.

Desparasitación y control de salud: algunos veterinarios aprovechan la intervención para realizar una revisión completa del estado de salud del gato y administrarle antiparasitarios si es necesario.

El procedimiento quirúrgico varía según el sexo del gato:

En machos (orquiectomía): se realiza una pequeña incisión en la piel del escroto para extraer los testículos. La cirugía es rápida y, en la mayoría de los casos, no requiere puntos de sutura.

En hembras (ovariohisterectomía u ovariectomía): se realiza una incisión en el abdomen para extraer los ovarios y, en algunos casos, el útero. Al ser una cirugía más invasiva, requiere sutura interna y externa, y el tiempo de recuperación es mayor que en los machos.

La intervención suele durar entre 15 y 30 minutos en machos y de 30 a 60 minutos en hembras. Tras la cirugía, el gato permanecerá en observación hasta que se recupere de la anestesia antes de ser dado de alta.

Marcaje de oreja en gatos de colonia

En los animales que forman parte de colonias felinas controladas, es común realizar un corte en la oreja como señal de que han sido castrados. Este procedimiento, conocido como «ear tipping», consiste en recortar de forma indolora la punta de una de las orejas mientras el gato aún está bajo anestesia.

El marcaje de oreja tiene varias funciones clave en los programas de Captura, Esterilización y Retorno (CER):

Identificación visual rápida: permite reconocer a simple vista a los gatos castrados, lo que evita capturas innecesarias.

Facilita el control poblacional: ayuda a los dueños, cuidadores y veterinarios a saber qué gatos de la colonia ya han sido esterilizados y cuáles aún deben ser intervenidos.

No afecta su bienestar: el corte es pequeño y no interfiere con la audición ni con su vida diaria.

El ear tipping es un método eficaz y ético utilizado en todo el mundo para gestionar colonias felinas y mejorar la convivencia entre los gatos y la comunidad.

Impacto de la castración en la salud del gato a largo plazo

La castración no solo tiene beneficios inmediatos, sino que también influye en la salud del gato a lo largo de su vida. Aunque existen ciertos riesgos asociados, un control adecuado de la alimentación y el bienestar general del felino permite maximizar los efectos positivos de la intervención.

Metabolismo, control de peso y salud urinaria

Uno de los efectos más conocidos de la castración es la tendencia al aumento de peso. Esto se debe a que, tras la cirugía, el metabolismo del gato se ralentiza y su nivel de actividad puede disminuir. Para prevenir la obesidad, es importante:

Proporcionar una alimentación adaptada a gatos esterilizados, con una dieta de mantenimiento de menos calorías y un equilibrio adecuado de proteínas y grasas.

Fomentar el ejercicio diario a través del juego y el enriquecimiento ambiental con rascadores, juguetes interactivos o circuitos de exploración.

Monitorear el peso regularmente, ajustando la cantidad de alimento según las necesidades del gato.

Además del control de peso, es importante prestar atención a la salud de las vías urinarias, especialmente, en machos castrados, quienes pueden ser más propensos a desarrollar enfermedades del tracto urinario inferior felino (obstrucciones de la uretra, sobre todo). Para minimizar este riesgo se debe:

Garantizar una buena hidratación, ofreciendo siempre agua fresca y considerando la inclusión de alimento húmedo en la dieta.

Vigilar los hábitos de micción, prestando atención a signos de dificultad al orinar o cambios en la frecuencia.

Evitar el sobrepeso, ya que los gatos con exceso de peso tienen mayor predisposición a padecer problemas urinarios.

Longevidad y calidad de vida

Diversos estudios han demostrado que los gatos castrados tienden a vivir más tiempo que los no castrados. Esto se debe a que la castración reduce el riesgo de enfermedades hormono-dependientes, previene infecciones del aparato reproductor y disminuye la exposición a peligros externos, como peleas o atropellos.

Además, los gatos castrados suelen presentar un carácter más estable, con menor estrés derivado de la actividad hormonal. Esto contribuye a una mejor convivencia con otros animales y con sus tutores.

Si bien la castración implica ciertos cambios en el metabolismo y la conducta del gato, con los cuidados adecuados es posible garantizar una vida larga, saludable y equilibrada para el felino.